Te presentamos las estrigolactonas, unas nuevas hormonas vegetales que son exudadas por la raíz de la planta y que son compuestos necesarios para la germinación de plantas parasíticas o malas hierbas, además de inhibidores de la ramificación de tallo de las plantas. Así lo hemos podido conocer de la mano de Harro Bouwmeester, profesor de la Universidad Wageningen en los Países Bajos.
Partimos de que las plantas tienen la capacidad de comunicarse con su entorno y con los seres vivos que lo rodean, a través de complejos mecanismos de señalización celular. En este sentido, las plantas son capaces de dar la información suficientemente clara a los organismos con las que se asocian, y a su vez, mantienen desinformados a quienes consideran sus enemigos y directos competidores.
Gran parte de las plantas terrestres, cuando están en un medio bajo condiciones de poca concentración de fosfato, sufren una estimulación a la formación de asociaciones simbióticas con hongos micorricicos arbusculares. Tal y como explica el portal agroalimentando.com, “esta simbiosis es estimulada por producción de unas moléculas señal denominadas estrigolactonas, que son exudadas por la raíz de la planta».
¿Cómo se generan las estrigolactonas?
¿Cómo se generan estas estrigolactonas? La respuesta que da el profesor de Harro Bouwmeester es que estas estrigolactonas se generan a partir de la rotura enzimática de los caretenoides (pigmentos orgánicos localizados de forma natural en plantas y otros organismo fotosintécos). Estas hormonas aparecen como compuestos necesarios para la germinación de plantas parasíticas como Striga u Orobanche, y también como inhibidores de la ramificación del tallo de las plantas, como Arabidopsis.
La misma fuente detalla que dichas hormonas ejercen su acción a distancia, es decir, que se sintetice en un órgano y se desplace hasta los órganos diana. Conocemos del estudio que esta acción a distancia se ha visto de forma clara en el fenómeno de inhibición que provocan las estrigolactonas en el crecimiento de las ramas de la plantas de guisante, arroz y tomate.
Aquellos campos agrícolas con escasez de nutrientes sufren una mayor presencia de plantas parásitas o malas hierbas, y las estrigolactonas, son en gran parte, responsables de este efecto.